Ahora sí: manos a la masa. Una vez que entiendes cómo funciona el motor, toca ajustar la máquina. Es decir, tu web.

La optimización On-Site es ese terreno en el que tú tienes el control total. Aquí nadie te pone excusas. Desde cómo estructuras tu contenido hasta cómo se carga tu página o cómo se interpreta tu código. Todo suma (o resta).

Vamos a dividir esto en dos bloques que, aunque distintos, se complementan a la perfección:

  • El SEO On-Page, que es todo lo visible: tus títulos, textos, enlaces internos, jerarquía de encabezados… lo que ven tus usuarios y Google.
  • Y el temido pero necesario SEO Técnico, que trabaja en las sombras pero sostiene todo. Velocidad, arquitectura, indexación, seguridad, mobile-first… si no está bien, lo demás no importa.
  • 💡 Pro tip: Una web puede tener contenido brutal, pero si carga lento o Google no puede rastrearla… es como si no existiera.
  • Adéntrate en lo que SÍ puedes controlar desde dentro:
  • On-Page SEO: optimizando tu contenido y estructura: Cómo escribir y estructurar para posicionar sin perder el alma del texto.
  • SEO técnico: la columna vertebral invisible: La parte nerd, sí, pero también la más decisiva si quieres jugar en ligas mayores.

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